Punto y aparte…

Esta vez el Madrid en Danza organizó varios ciclos que trajeron temáticas bien interesantes, para los amantes de la coreografía contemporánea. El Teatro Adolfo Marsillach, de San Sebastián de los Reyes, mostró compañías de flamenco muy diferentes en su concepción, pero con su mirada puesta en la historia de la danza española. Por otro lado, el Ciclo Generación 2.0 llevó su muestra al Teatro Pradillo y la Sala Cuarta Pared, con obras que pertenecen a una generación de jóvenes coreógrafos. Mientras que el ciclo especial de danza italiana llegó también al Pradillo, el Teatro Fernán Gómez y el Salón Cervantes de Alcalá de Henares.
Según Ana Cabo, directora del Madrid en Danza, el festival estaría marcado por los nuevos retos, y así fue. Estrenos absolutos, y nuevas obras para España, conformaron un amplio abanico de estilos y tendencias coreográficas. Ahora, los organizadores tendrán que volver sobre sus pasos y repensar todo lo que ha pasado en estos días de noviembre. Madrid respiraba danza por todas partes, y la próxima cita tendrá que superar con creces esta edición, que ha celebrado 25 años de una cita que ha madurado, y se ha reinventado su imagen y propuesta.
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